Al margen de estas consideraciones
y demás decoraciones, muy moderno por cierto, bajamos las escaleras, dejando a
un lado la sala de musculación en si, para adentrarse en la zona más importante
y razón del reportaje: la sala de entrenamiento personal. No es una sala más.
Para que quede constancia de ello y de los trabajos que aquí se realizan,
contacto con David Palleiro Novo (A Coruña,1977. Experto en RSF (Reprocesing
Soft Fitness), y osteópata), es uno de los responsables de que esta parte del
gimnasio funcione adecuadamente. Quizás sea la parte más importante, el
ejercicio se hace siempre con un fin recuperador de carencias.
Siempre que se descubre algo
nuevo o desconocido, se pregunta por la cuestión. Para ser recuperador
funcional hace falta tener estas cualidades según David: “para poder
considerarse experto en RSF, hay que tener una certificación, una escala de
estudios, que certifica el creador del método, Marcel Caufrié, se necesita un
segundo nivel, el expert, que te capacita para dar clases y practicar esta
técnica”. Como se puede apreciar, ya no solo se trata de vigilar al que hace el
ejercicio, sino que el profesional inspecciona cada uno de tus movimientos.
Como diferenciación especial a los demás, los ejercicios van dirigidos de
manera individual en función de las necesidades, de tal manera que solo están
el y otro usuario.
Sobre la fisonomía del
centro, plantilla y demás, la visión es de total diversidad, aportando
distintas especialidades según convenga. “Tenemos una profesora especializada,
especialista en actividades acuáticas terapéuticas y luego tenemos uno
especializado en tareas múltiples, pero cualquiera está capacitado para
desarrollar cualquier actividad”. Según se va conociendo un poco más de la idiosincrasia
de este gimnasio, el perfil de deportista hiper musculado, carece de
importancia, buscando la otra cara del ejercicio, todo el que tiene que ver con
la mejora de la postura. “Aquí tenemos bastante gente que viene por temas de
salud, rehabilitar lesiones, patologías de problemas de espalda,… consideramos
que la salud es la mayor demanda y esto nos diferencia un poco de otras
instalaciones” apunta. Apuestan por esta diferenciación, el bienestar. La
conversación no deja lugar a dudas: los objetivos de los tratamientos están
claros, y el afán explicativo del entrevistado es directo y sencillo, sin
escatimar recursos y esfuerzos. (El discurso lo enfocamos en el propio lugar de
los hechos: la zona de entrenamiento personal, hábitat natural de David).
Fuera de esta sala, hay otras
muy diferenciadas en donde, a simple vista, no se le encuentra utilidad. A
estas salas se refiere David como “salas de actividades dirigidas, de tipo más
saludable, como el pilates, el yoga, la gimnasia más pasiva y luego las áreas
aeróbicas”.
Las personas más afectadas
también tienen cabida en el organigrama de estas actividades” son actividades
muy dirigidas, individuales (Rea Junior), diferentes tratamientos con un
objetivo: la educación postural.” Con informes previos del médico, intentamos
que cada uno haga un tratamiento mas especifico, adaptando las actividades a
las posibilidades de cada caso (tensiones altas o bajas), conocemos los
antecedentes”. El conocimiento del usuario es total, es una radiografía de sus
posibilidades, sus aptitudes y sus capacidades creando una atmosfera de trabajo
imposible de conseguir en otro lugar de la instalación. Las técnicas son
variadas y especializadas, que siempre tienen el mismo objetivo primordial
“aquí hay dos compañeros, que aparte de ser licenciados en INEF, son quiromasajistas,
pues aparte de quiromasajistas, hay técnicas de masaje, que también las
aplicamos aquí, intentamos aplicar un alto bagaje de posibilidades, sin traer
gente especializada. No funciona hacer algo puntual”. Lo que de aquí se
desprende, uno de los principios del deporte, es la importancia de la
consistencia, y mas en estos casos particulares. Lo más común son los déficits posturales,
cifosis y acortamientos musculares patológicos que hacen que aparezcan los
dolores lumbares o cervicales, pero también hay distintos problemas deportivos
e incluso casos de Síndrome de Down y parálisis cerebrales. La otra cara de la
moneda está fuera del gimnasio. Se intenta que la gente deje atrás los malos
hábitos y que tengan continuidad porque sino
“no hacemos nada” apunta.
Por otro lado dicen que los
bebes aprenden antes a nadar que a andar, por su capacidad para flotar. En este
centro deportivo también lo saben, por tanto la piscina es parte fundamental
del proceso recuperador.
La natación produce
relajación muscular y predispone al organismo para optimizar todos sus recursos
físicos y motrices. El agua favorece la movilidad articular a la vez que ofrece
resistencia tridimensional. Desaparece el apoyo plantar, la superficie sobre la
que se apoya el cuerpo es móvil y se interioriza desde el principio,
sensaciones de relajación muscular, debido a la flotación. La magia del agua
establece las condiciones idóneas para la práctica de actividades físicas,
actúa como cojín para nuestras articulaciones, esto permite realizar ejercicios
articulatorios y reducar grupos musculares de manera localizada.
Sobre este aspecto David piensa
que “es muy recomendable por muchos motivos: primero, la humedad y el calor
para personas con problemas respiratorios les va bien, luego es un medio en el
que no hay impacto articular y luego por la ingravidez, el peso de una persona
con obesidad se reducirá diez veces, le dará movilidad aún teniendo problemas
motrices graves. El problema es que muchos médicos le indican a los pacientes
que tienen que ir a la piscina, sin tener ni idea, prescriben una actividad,
que si no tienes información previa crea problemas”. Dicho esto, no toda
persona podría darse un chapuzón, sin antes conocer un poco el terreno, de tal
manera que así evite lesiones a mayores. Probablemente esta incidencia se
repite varias veces. Curiosamente en esta instalación, también se trabaja con
bebés a partir de los ocho meses de edad. Evidentemente, dependiendo de la
patología, los tipos de entrenos son diferentes para cada caso, pero como la
mayoría tiene las mismas patologías, se realiza un protocolo de trabajo “nunca
sacrificamos los ejercicios posturales solo porque una persona quiera perder
peso, por ejemplo, si se fastidia la espalda, no hemos conseguido nada”.
Partiendo de la base de todo
lo expuesto, la cara más amable del deporte se expresa en los casos
particulares y más extremos que se tratan aquí. La dimensión que adquiere el
ejercicio en estos casos es mucha, mejorando las condiciones de vida de esta
gente, algunos sin posibilidades de futuro vital a largo plazo. La mejora
es” relativa” en cada caso, pero,
“podemos medirla, tenemos una máquina de biopedancia, hacemos fotos, tenemos
test para valorarlo, pero necesitamos que se encuentre bien, se buscan sensaciones.
Lo más importante es la continuidad”, afirma. No tendría sentido trabajar una
hora al día si después no se hace nada más, los resultados requieren esfuerzos
continuos, en mayor o menor medida. Aunque siempre es mejor hacer algo que no
hacer nada. Los plazos no están marcados, cada uno tiene el suyo y depende de
diversos factores de la propia persona. Si hay estimaciones pero no cálculos
concretos. Así pues cada uno tiene su estilo y la manera de hacer las cosas, más
o menos efectivas. El entrenamiento invisible es muy importante para conseguir
mejorar la forma de vida. Se trata de “ajustar el ejercicio a la energía que
tiene el cliente”. Lo que se tendría que observar es que haciendo el 70 0 80%
del ejercicio prescrito sus cualidades y capacidades se verán aumentadas y
podrán conseguir sus objetivos, “por eso
es tan importante lo que hagan fuera de aquí”.
Entre entrenamiento y
entrenamiento la capacidad para crear una buena atmosfera, una simbiosis entre
el entrenador y el paciente es fundamental para conseguir un trabajo correcto y
concreto “si mi entrenador me cae bien,
será un aliciente para hacer las cosas mejor, que si no me cae bien”, pero
evidentemente cada uno tiene sus objetivos marcados, y si no ve resultados
puede dejar perfectamente la actividad por falta de alicientes. “El paciente tendrá que interpretar que lo
que hace le sienta bien, después se le explicará porqué lo hago, los
entrenadores nos encontramos mas cómodos con la gente proactiva, notas que se
lo curra mas, que tiene más ganas, y eso se nota, lo notaremos los dos”. La predisposición al ejercicio de la gente,
el marcarse metas y las ganas que le ponga uno, serán fundamentales para mejorar. La cadena, esa simbiosis se
rompería si no hay ganas, ninguna de las dos partes conseguiría su objetivo,
fracasarán. La coherencia cuando se
presentan estos casos es también importante “trabaja, haz esto, esto y esto, y
luego iremos a más. Hay que canalizar la energía”.
La otra parte profesional de
la recuperación funcional reside en la combinación con los fisioterapeutas.
Disponen de unas líneas de trabajo que no se deben vulnerar y que de hecho es
recomendable seguir ese contacto entre profesionales. El feedback es constante,
de tal manera que se complementen mutuamente para llegar a la meta ansiada.
Como todo deporte esto
también necesita de la cuestión psicológica. El nivel de esfuerzo hay que
controlarlo con altibajos para despertar sensaciones en la lucha diaria del
paciente “la mayoría de las veces se puede conseguir, pero no siempre, muchas
veces el entrenador tiene que funcionar un poco como psicólogo, los objetivos
son distintos cada día y las sensaciones también. Si te ayuda o no a mejorar.
El mayor problema es el encasillamiento” La ilusión no se debe perder. Las
habilidades sociales son importantes. Todos los días se puede conseguir algo,
aunque la meta para ese día no se cumpla.
Los seguimientos en la
evolución se personalizan, para crear nuevos objetivos, o cambiar ciertas cosas
si las cosas no funcionan. Prevenir posibles defectos.
Particularmente las personas
con enfermedades neurodegenerativas son complicados. Las capacidades están
limitadas y la mente a veces, no se encuentra en plenitud. La situación es muy
difícil, pero siempre la intención es mejorar día a día, hasta donde se pueda.
“si tienes una escala de malestar de 8, vamos a intentar que baje a cinco”
apunta. Son tratamientos paliativos, con el ejercicio físico como prevención.
Para David, tratar con estas
personas es “un reto, un reto personal, te aporta muchas veces satisfacción,
muchas veces insatisfacciones. A veces ves que el cliente no mejora como tu
quieres, pequeñas recaídas, y a veces tienes que mantener la cabeza fría y
decirle, no te puedo ayudar”.
Así las cosas, no siempre se
consiguen las metas que uno se propone, pero si te quedas en casa las cosas
irán a peor. Esto no son matemáticas, en unos funcionan y en otros no. La
facilidad para esto es relativa, y todo va a depender de ti. La ilusión no debe
tener puertas ni muros que la contraigan. Simplemente hay que creérselo
intentarlo, y como se suele decir, morir de pie, antes que morir sentado
esperando. La gente, que día a día, sesión tras sesión, viene aquí, sabe mucho
de esto. Un deporte que nace como una
obligación y que luego se puede acabar convirtiendo en una forma de vida. Vivir
para esta gente es una lucha continua sin medallas, con un lema común: no
rendirse jamás.



