lunes, 18 de febrero de 2013

El deporte y la salud van de la mano



En Santa Cristina no todo son bares y pubs. Hay bastante más que fiestas y una playa. Entre una y otros, casi al final del trayecto, se encuentra escondido un gimnasio pequeño pero coqueto. Pocos lo conocen, particularmente la gente del lugar y los usuarios. El contexto, como se comprueba, no le acompaña pero aquí todo el mundo sabe lo que tiene que hacer. Una vez allí, ya asentados bajo las palmeras que cubren la carretera, la disposición es la de entrar y seguramente, ya se tiene una idea preconcebida de lo que es un gimnasio típico. Digamos que solo se les puede otorgar parte de razón. Es como el terrón de las esencias: cuando lo abres, descubres la magia que tiene este en particular. Saludo inicial tras la puerta, y ya observas algo diferente: el primero, que haya visto el que suscribe, que tiene vestuario para minusválidos con hilo musical y todo adaptado, de tal manera que los usuarios se sientan como en casa. Con toallas incluidas.

Al margen de estas consideraciones y demás decoraciones, muy moderno por cierto, bajamos las escaleras, dejando a un lado la sala de musculación en si, para adentrarse en la zona más importante y razón del reportaje: la sala de entrenamiento personal. No es una sala más. Para que quede constancia de ello y de los trabajos que aquí se realizan, contacto con David Palleiro Novo (A Coruña,1977. Experto en RSF (Reprocesing Soft Fitness), y osteópata), es uno de los responsables de que esta parte del gimnasio funcione adecuadamente. Quizás sea la parte más importante, el ejercicio se hace siempre con un fin recuperador de carencias.
Siempre que se descubre algo nuevo o desconocido, se pregunta por la cuestión. Para ser recuperador funcional hace falta tener estas cualidades según David: “para poder considerarse experto en RSF, hay que tener una certificación, una escala de estudios, que certifica el creador del método, Marcel Caufrié, se necesita un segundo nivel, el expert, que te capacita para dar clases y practicar esta técnica”. Como se puede apreciar, ya no solo se trata de vigilar al que hace el ejercicio, sino que el profesional inspecciona cada uno de tus movimientos. Como diferenciación especial a los demás, los ejercicios van dirigidos de manera individual en función de las necesidades, de tal manera que solo están el y otro usuario.
Sobre la fisonomía del centro, plantilla y demás, la visión es de total diversidad, aportando distintas especialidades según convenga. “Tenemos una profesora especializada, especialista en actividades acuáticas terapéuticas y luego tenemos uno especializado en tareas múltiples, pero cualquiera está capacitado para desarrollar cualquier actividad”. Según se va conociendo un poco más de la idiosincrasia de este gimnasio, el perfil de deportista hiper musculado, carece de importancia, buscando la otra cara del ejercicio, todo el que tiene que ver con la mejora de la postura. “Aquí tenemos bastante gente que viene por temas de salud, rehabilitar lesiones, patologías de problemas de espalda,… consideramos que la salud es la mayor demanda y esto nos diferencia un poco de otras instalaciones” apunta. Apuestan por esta diferenciación, el bienestar. La conversación no deja lugar a dudas: los objetivos de los tratamientos están claros, y el afán explicativo del entrevistado es directo y sencillo, sin escatimar recursos y esfuerzos. (El discurso lo enfocamos en el propio lugar de los hechos: la zona de entrenamiento personal, hábitat natural de David).
Fuera de esta sala, hay otras muy diferenciadas en donde, a simple vista, no se le encuentra utilidad. A estas salas se refiere David como “salas de actividades dirigidas, de tipo más saludable, como el pilates, el yoga, la gimnasia más pasiva y luego las áreas aeróbicas”.
Las personas más afectadas también tienen cabida en el organigrama de estas actividades” son actividades muy dirigidas, individuales (Rea Junior), diferentes tratamientos con un objetivo: la educación postural.” Con informes previos del médico, intentamos que cada uno haga un tratamiento mas especifico, adaptando las actividades a las posibilidades de cada caso (tensiones altas o bajas), conocemos los antecedentes”. El conocimiento del usuario es total, es una radiografía de sus posibilidades, sus aptitudes y sus capacidades creando una atmosfera de trabajo imposible de conseguir en otro lugar de la instalación. Las técnicas son variadas y especializadas, que siempre tienen el mismo objetivo primordial “aquí hay dos compañeros, que aparte de ser licenciados en INEF, son quiromasajistas, pues aparte de quiromasajistas, hay técnicas de masaje, que también las aplicamos aquí, intentamos aplicar un alto bagaje de posibilidades, sin traer gente especializada. No funciona hacer algo puntual”. Lo que de aquí se desprende, uno de los principios del deporte, es la importancia de la consistencia, y mas en estos casos particulares.  Lo más común son los déficits posturales, cifosis y acortamientos musculares patológicos que hacen que aparezcan los dolores lumbares o cervicales, pero también hay distintos problemas deportivos e incluso casos de Síndrome de Down y parálisis cerebrales. La otra cara de la moneda está fuera del gimnasio. Se intenta que la gente deje atrás los malos hábitos y que tengan continuidad porque sino  “no hacemos nada” apunta.
Por otro lado dicen que los bebes aprenden antes a nadar que a andar, por su capacidad para flotar. En este centro deportivo también lo saben, por tanto la piscina es parte fundamental del proceso recuperador.
La natación produce relajación muscular y predispone al organismo para optimizar todos sus recursos físicos y motrices. El agua favorece la movilidad articular a la vez que ofrece resistencia tridimensional. Desaparece el apoyo plantar, la superficie sobre la que se apoya el cuerpo es móvil y se interioriza desde el principio, sensaciones de relajación muscular, debido a la flotación. La magia del agua establece las condiciones idóneas para la práctica de actividades físicas, actúa como cojín para nuestras articulaciones, esto permite realizar ejercicios articulatorios y reducar grupos musculares de manera localizada.
Sobre este aspecto David piensa que “es muy recomendable por muchos motivos: primero, la humedad y el calor para personas con problemas respiratorios les va bien, luego es un medio en el que no hay impacto articular y luego por la ingravidez, el peso de una persona con obesidad se reducirá diez veces, le dará movilidad aún teniendo problemas motrices graves. El problema es que muchos médicos le indican a los pacientes que tienen que ir a la piscina, sin tener ni idea, prescriben una actividad, que si no tienes información previa crea problemas”. Dicho esto, no toda persona podría darse un chapuzón, sin antes conocer un poco el terreno, de tal manera que así evite lesiones a mayores. Probablemente esta incidencia se repite varias veces. Curiosamente en esta instalación, también se trabaja con bebés a partir de los ocho meses de edad. Evidentemente, dependiendo de la patología, los tipos de entrenos son diferentes para cada caso, pero como la mayoría tiene las mismas patologías, se realiza un protocolo de trabajo “nunca sacrificamos los ejercicios posturales solo porque una persona quiera perder peso, por ejemplo, si se fastidia la espalda, no hemos conseguido nada”.
Partiendo de la base de todo lo expuesto, la cara más amable del deporte se expresa en los casos particulares y más extremos que se tratan aquí. La dimensión que adquiere el ejercicio en estos casos es mucha, mejorando las condiciones de vida de esta gente, algunos sin posibilidades de futuro vital a largo plazo. La mejora es”  relativa” en cada caso, pero, “podemos medirla, tenemos una máquina de biopedancia, hacemos fotos, tenemos test para valorarlo, pero necesitamos que se encuentre bien, se buscan sensaciones. Lo más importante es la continuidad”, afirma. No tendría sentido trabajar una hora al día si después no se hace nada más, los resultados requieren esfuerzos continuos, en mayor o menor medida. Aunque siempre es mejor hacer algo que no hacer nada. Los plazos no están marcados, cada uno tiene el suyo y depende de diversos factores de la propia persona. Si hay estimaciones pero no cálculos concretos. Así pues cada uno tiene su estilo y la manera de hacer las cosas, más o menos efectivas. El entrenamiento invisible es muy importante para conseguir mejorar la forma de vida. Se trata de “ajustar el ejercicio a la energía que tiene el cliente”. Lo que se tendría que observar es que haciendo el 70 0 80% del ejercicio prescrito sus cualidades y capacidades se verán aumentadas y podrán conseguir sus objetivos,  “por eso es tan importante lo que hagan fuera de aquí”. 
Entre entrenamiento y entrenamiento la capacidad para crear una buena atmosfera, una simbiosis entre el entrenador y el paciente es fundamental para conseguir un trabajo correcto y concreto  “si mi entrenador me cae bien, será un aliciente para hacer las cosas mejor, que si no me cae bien”, pero evidentemente cada uno tiene sus objetivos marcados, y si no ve resultados puede dejar perfectamente la actividad por falta de alicientes.  “El paciente tendrá que interpretar que lo que hace le sienta bien, después se le explicará porqué lo hago, los entrenadores nos encontramos mas cómodos con la gente proactiva, notas que se lo curra mas, que tiene más ganas, y eso se nota, lo notaremos los dos”.  La predisposición al ejercicio de la gente, el marcarse metas y las ganas que le ponga uno, serán fundamentales  para mejorar. La cadena, esa simbiosis se rompería si no hay ganas, ninguna de las dos partes conseguiría su objetivo, fracasarán.  La coherencia cuando se presentan estos casos es también importante “trabaja, haz esto, esto y esto, y luego iremos a más. Hay que canalizar la energía”.
La otra parte profesional de la recuperación funcional reside en la combinación con los fisioterapeutas. Disponen de unas líneas de trabajo que no se deben vulnerar y que de hecho es recomendable seguir ese contacto entre profesionales. El feedback es constante, de tal manera que se complementen mutuamente para llegar a la meta ansiada.
Como todo deporte esto también necesita de la cuestión psicológica. El nivel de esfuerzo hay que controlarlo con altibajos para despertar sensaciones en la lucha diaria del paciente “la mayoría de las veces se puede conseguir, pero no siempre, muchas veces el entrenador tiene que funcionar un poco como psicólogo, los objetivos son distintos cada día y las sensaciones también. Si te ayuda o no a mejorar. El mayor problema es el encasillamiento” La ilusión no se debe perder. Las habilidades sociales son importantes. Todos los días se puede conseguir algo, aunque la meta para ese día no se cumpla.
Los seguimientos en la evolución se personalizan, para crear nuevos objetivos, o cambiar ciertas cosas si las cosas no funcionan. Prevenir posibles defectos.
Particularmente las personas con enfermedades neurodegenerativas son complicados. Las capacidades están limitadas y la mente a veces, no se encuentra en plenitud. La situación es muy difícil, pero siempre la intención es mejorar día a día, hasta donde se pueda. “si tienes una escala de malestar de 8, vamos a intentar que baje a cinco” apunta. Son tratamientos paliativos, con el ejercicio físico como prevención.
Para David, tratar con estas personas es “un reto, un reto personal, te aporta muchas veces satisfacción, muchas veces insatisfacciones. A veces ves que el cliente no mejora como tu quieres, pequeñas recaídas, y a veces tienes que mantener la cabeza fría y decirle, no te puedo ayudar”.
Así las cosas, no siempre se consiguen las metas que uno se propone, pero si te quedas en casa las cosas irán a peor. Esto no son matemáticas, en unos funcionan y en otros no. La facilidad para esto es relativa, y todo va a depender de ti. La ilusión no debe tener puertas ni muros que la contraigan. Simplemente hay que creérselo intentarlo, y como se suele decir, morir de pie, antes que morir sentado esperando. La gente, que día a día, sesión tras sesión, viene aquí, sabe mucho de esto.  Un deporte que nace como una obligación y que luego se puede acabar convirtiendo en una forma de vida. Vivir para esta gente es una lucha continua sin medallas, con un lema común: no rendirse jamás.

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